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—¿Estás segura Alice?—pregunté viéndome en el espejo.

Alice había subido por la ventana para ayudarme con el vestido y peinado.

El vestido era verde agua, con detalles dorados. La parte superior tenía un cuello bajo con mangas, las líneas de división del pecho hasta el abdomen eran doradas.

Tenía una tela dorada en triángulos, cuatro triángulos partidos por la mitad.

La parte de la falda eran algo corta e iba hacia abajo, la falda era recta con un poco de vuelo, casi ni se notaba.

Tenía el mismo color de la parte superior, líneas doradas y algunos círculos simulando las plumas de los pavos reales.

El vestido era muy hermoso, eso había que admitirlo.

En el cabello, Alice solo definió un poco más las ondas que tenía mi cabello, haciéndolas más notables, me había puesto una mini tiara dorada con detalles iguales al color del vestido.

En el maquillaje, opté por decirle que estaría bien uno suave.

Me hizo caso...algo.

Solo puso un poco de corrector, puso sombras doradas para combinar con el vestido, risó un poco mis pestañas, no mucho porque ya las tenía así. Puso brillo dorado en mis ojos y ahí acabó.

Si no fuera por el peinado, diría que me parecía un poco a la princesa de Disney.

Jazmín, si no me equivocaba.

Pero mi princesa favorita era Bella, me encantaba ver que ella quería explorar el mundo, sabía lo que quería y no se dejaba manipular por Gastón para ser un ama de casa.

Ella veía en el interior de los demás, donde todos veían defectos, ella veía virtudes.

Como yo hice con Edward, el se veía un mounstro, un ser que no merecía vivir.

En cambio yo veía un chico que no quería ser descubierto, un chico divertido y muy apasionado.

Me identifico mucho con la princesa Bella, y además porque a ambas nos encanta leer.

—Muy segura Aly, te ves hermosa. Créeme, a Edward le encantará.—chilló y yo reí por un momento.

—No tengo que vestirme para el Alice, lo hago por mi y a decir verdad, no me veo tan mal.

—Bueno, vamos. Baja que te están esperando. Que te diviertas mucho.—me abrazó.

Le devolví el abrazo transmitiéndole lo mucho que le agradecía por estar conmigo, —Gracias Alice. Cuídate.

Saltó por la ventana luego de tomar su mochila.

Bajé las escaleras y pude sentir como Edward se paraba, junto con Charlie.

Debió ser algo raro estar los dos tan callados.

Hubiese sido peor si Armin hubiese venido.

Tenía una bota ortopédica negra, el doctor dijo que solo sería por un mes, que tuve suerte. Que una hemorragia como la que había tenido, provocaba que tuviera que usar la bota ortopédica por cuatro o seis meses.

Tuve suerte, mucha suerte.

Me aferré a mi bolso dorado.

Tenía un tacón bajo del mismo color que mi bolso, la sombra de ojos, mi tiara y los detalles del vestido, Alice se había encargado de que lo único que usé hoy sea dorado y verde agua.

Llegué abajo y vi a ambos hombres.

—El vestido lo consiguió Alice, me gusta.

—Perfecta, como siempre.—sonrió mi acosador.

—Te ves hermosa, Aly.—dijo Charlie ahora.

—Yo la cuidaré.—dijo Cullen.

—Si ya escuché eso antes.—respondió el hombre que consideraba un padre.

—Vamos.

—Adiós.—abracé a Charlie.

Estábamos en el carro. Rumbo a la fiesta .

Cuando llegamos me detuvo cuando quería abrir la puerta.

—¿Qué? ¿Qué pasa?—pregunté confundida.

—Quiero decirte algo.

—Dímelo.

—Me gustas Ashby, me gustas mucho. Eres lo que siempre busqué y no pienso dejarte ir a menos que me lo pidas, porque me traes loco, contigo todo es distinto. Porque solo contigo me siento feliz, porque Tú eres mi felicidad. Y quiero que me des este extraordinario honor.

¿Cómo se respiraba? No tengo idea.

¿Pulso? ¿Qué es eso? El pulso se me fue desde que Edward había dicho que le gustaba.

Le gustaba a Edward y el también me gustaba.

Me amaba y lo amaba.

—¿Ashly Mendoza, quieres ser mi novia?

Okey, esto me va a matar, —Yo...

—No tienes que responderme ahora, sé qué tal vez no lo olvidas y, te esperaré el tiempo que quieras.

Solo le di un beso, un beso que transmitía la respuesta acertaba. Lo amaba y claro que quisiera ser su novia.

—Si. Si quiero ser tu novia, Edward Cullen.

...

Me hubiese gustado decir qué pasó eso, pero no.

Estaba en shock. Mi respuesta iba a ser si. Mil veces si pero no dije nada.

Me abrió la puerta del carro cuando llegamos, estaba muy atento a mi.

—Cullen te dije que me trataras igual, igual a como si no tuviera esta estupida bota ortopédica .

—Oye...ahora vuelvo.—me ignoró sonriendo.

—Okey.—me senté en la banca de madera de árbol que había.

Se fue a estacionar el auto.

—Ly—oí y me volteé

—Jake. Hola.—sonreí.

—Te ves muy linda.—halagó.

—¿Y tú? Te ves muy bien, ¿Vienes al baile?

—No.—se acercó y se sentó al lado contrario que yo, —Mi papá me pagó para que viniera a hablar contigo. Veinte dólares

—¿Sobre qué?—inquirí. Si Billy en persona no me lo había dicho, no debía ser algo muy bueno.

—Te lo diré, solo que no te molestes.—me miró. Con mi mirada incité a que siga hablando, —Quiere que termines con tu novio.

—Ni siquiera es mi novio.—interrumpí.

—Y me dijo que te dijera. Cuidado, te estaremos vigilando.

—¿Es en serio?—reí algo irónica, —Dile que gracias pero que puedo cuidarme sola. Y que ya sé con certeza en que me estoy metiendo.

—Okey, le diré.—rió.

—Ah y que no olvide pagarte.—reí con el.

—De acuerdo. Permíteme ayudarte.—trató de ayudarme a pararme.

—Jacob. Yo la ayudo.—dijo Edward llegando.

—Hasta luego, Ly.—se despidió para irse.

Edward pasó un brazo por mi cintura y supe que volteó a ver a Jake.

—Te dejó sola dos minutos y los lobos descienden.—rió.

—¿Lobos? Tú y Jake se ven como si fueran enemigos mortales, es algo incómodo.—río con el.

—No puedo creer que me hagas hacer esto.—protesté cuando me hizo llegar al arco de las fotos, para las parejas.

—Sonríe.

Todo se veía hermoso, estaba decorado con bastantes actividades.

—Mira, como tú.—señalé al techo, —bola disco.

Solo logré que riera, esa risa ronca era de mis sonidos favoritos.

—Eres increíble, Ashby.—besó mi cabeza.

—Wow, enserio tratas de matarme.—dije mirando todo el lugar.

—El baile de graduación es importante. No quería que te lo perdieras.

Vi a Jessica entre la multitud. Tenía puesto un vestido rosa, largo y algo pegado. Tenía un moño algo alto y muy grande.

Me saludó eufórica y le devolví el saludo.

Señalé el lugar donde debería haber estado el escote del vestido y levanté mi pulgar. Sabía que ella quería uno que hiciera resaltar su pecho.

Asintió con una sonrisa, estaba orgullosa de si misma.

Me apuntó y dió un par de aplausos, creo que me estaba felicitando. Me sorprendió.

Supongo que estaba feliz de que ella haya ido al baile con Mike.

Sonreí y agradecí con la cabeza.

Volteé a ver a Edward y el estaba igual que yo, queriendo reír.

Mientras seguimos avanzando, devisé a Ángela con Eric, en el aparato de dj.

Cuando me vio sonrió y llamó la atención de su acompañante.

Te ves como una princesa sacada de cuento.

Logré descifrar lo que dijo, había exagerado los movimientos de boca así que, fue fácil saber lo que en quería decir.

Ella estaba feliz por mi.

Me encanta como te queda

Articulé señalando su vestido.

Sonrió agradecida y se despidió.

—¿Me dijo que parecía una princesa sacada de un cuento?—pregunté a Edward.

Sabía que el lo sabía.

—Si, y aparte no dejaba de repetir en su cabeza cuan feliz de verte aquí estaba, de lo hermosa que te veías y de lo agradecida que estaba contigo por haberla ayudado con su vestido.

—Oh...

—¿Te quieres ir?

—Si.

Las fiestas formales, con vestido e importantes eran mi fuerte, pero estas no.

Cuando salimos había un hermoso lugar, era como una canasta gigante, era preciosa y estaba decorada con luces amarillas.

Sonaba una canción lenta.

—¿Bailamos?—preguntó divertido.

—Supongo que si.

Pasó una mano por mi cintura y agarró mi mano derecha, la levantó un poco junto con su mano izquierda y puse mi mano libre en su hombro.

No había nadie y eso era mejor.

Me moví al ritmo de la música, dando un par de vueltas de vez en cuando, y llevando mi cabeza un poco hacia atrás cuando Edward me hacía dar una vuelta aún en sus brazos.

—Sabes bailar.—sonrió, —Me mentiste.

—Bailaría mucho mejor si no tuviera esta estupida bota.

—Te amo, Ashby.—susurró en mi cien. Tenía mi cara mejilla recargada en su pecho, —Y te amo tanto que te puedo esperar. Esperar a que sane tu corazón, sane del dolor que ese Peter provocó.

No podía aguantarlo más y levanté la cara.

—¿Peter? ¿Quien mierda es Peter? Tú eres el único que me gusta ahora. Mi casi muerte me hizo ver las cosas con claridad. Tú ya me sanaste y te quedaste con mi corazón solo para ti. Te amo, Edward.

Nunca había dicho un te amo.

Un te amo de verdad.

Nunca lo había dicho porque sabía que era una palabra fuerte y con mucho significado. Pero amaba a Edward, lo amaba demasiado y hasta antes de mi casi muerte, lo pude averiguar.

El juntó de nuevo nuestros labios, se sentía como nunca antes, cada beso con Edward era único, como el.

—No sabes cuanto te he esperado.—murmuró en mis labios.

Nadie se rendirá esta noche, pero no me daré por vencida.

Lucharé por estar con Edward.

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Author's note:

¡Hola bbs! Terminó la primera parte de Into you

Estoy tan feliz por empezar la segunda parte de esta entrega

Bueno, gracias por todo en verdad lxs amo <3

Att: 𝙰𝚕𝚒𝚜𝚜𝚘𝚗 ♡︎✍︎

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